El BLOUNGE está implantado en la zona central de la planta baja del Hotel Barceló Raval, organizado entre dos óvalos concéntricos sin divisiones excesivas, para que el cliente se mueva libremente y así encontrar todo lo que quiera. Su carta ofrece una fusión de sabores de la cocina asiática, árabe, india y catalana.
En un volumen central de paredes revestidas de almohadillados de piel y losetas de poliéster, que le confieren un aire blando, se ha excavado un sofá capitoné fucsia para acomodar a los clientes que esperan en la recepción. El efecto es el de un espacio-mueble o el de una pieza escultórica con uso. Por su forma circular, color vibrante y consistencia soft es el elemento que mas me llamó la atención, dándole al lugar un aire de sofisticada y moderna elegancia.
Otra situación que podemos destacar es un banco-sofá que sigue la línea del perímetro oval de la fachada y una disposición de mesas colectivas, que le confieren al restó una cierta informalidad e idea urbana y cosmopolita. Estos elementos los vemos bajo un techo de cilindros colgantes de goma espuma blanca, lo cual baja el cielorraso, dando la sensación de una nube, generando un ambiente ameno, soft y a su vez protector.
El mobiliario tiene un estilo vintage que juega con la mezcla de materiales y referencias, combina piezas tipo Luis XVI con otras contemporáneas, como lámparas enormes con pantallas estampadas, sillas negras y algunas pocas blancas, cortinas troqueladas que permiten observar casi sin ser visto, ésta combinación de estilos refleja la diversidad étnica de este barrio marginal. Es un espacio sofisticado y elitista, que despierta sentimientos ambivalentes.
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